martes, 24 de septiembre de 2013

La carta

En el buzón de Monito apareció una carta, un sobre morado brillante, con lacre rojo y unas letras preciosas que decían:

"Para Monito y Niña Gigante"

Monito lo miraba encantado e intrigado, nervioso por saber de que se trataba, pero esperaba a Niña Gigante para abrirlo y leer juntos, por fin, qué decía la misteriosa carta.

No tardó en llegar Niña Gigante, con su sonrisa grandota y sus piernas largas largas, Monito hizo una cabriola en le aire y gritó:

-Tenemos una cartaaaaaa, corre ven ¡¡vamos a abrirla!!

Abrieron el sobre con mucho cuidado y de dentro salió una preciosa postal, con letras doradas que decían:

"Queridos amigos, mamá Osa acaba de tener tres preciosos ositos y queremos invitaros a la fiesta que daremos en su honor.

La fiesta será el próximo sábado y como la guarida de la Osa está muy bien escondida os enviamos un plano para poder encontrarla ¡¡nos vemos el sábado amiguitos!!"

Monito y Niña Gigante estaban emocionados mirando el mapa, imaginando a los oseznos y pensando en los pasteles y tartas de miel que habría en la fiesta, porque todos sabemos que a los osos les encanta la miel y a nuestros amiguitos también.

Niña Gigante dijo de pronto:

-tendremos que llevarles un regalo, algo para que jueguen los ositos, algo bonito y divertido, ummmmmmmmmm, tenemos que pensar, ummmmmmmmmmmm, no se me ocurre nada ummmmmmm ¡¡¡¡Monito piensa algo!!!!

Monito se sentó en su ramita preferida, de su árbol preferido, era su rincón de pensar y allí se quedó toda la noche pensando y pensando.

Monito y su Niña Gigante corriendo a la charca donde los oseznos ya chapotean
De pronto sus ojillos se iluminaron, sus patitas se estiraron y sus orejas se pusieron bien levantadas, había tenido una idea genial. Les prepararían un gran charco de barro delante de su guarida, sería muy divertido y los ositos pasarían allí tardes enteras jugando, la verdad es que era una idea fantástica.

A Niña gigante le encantó el regalo, por supuesto, y se pusieron manos a la obra, llamarón  al mejor constructor de charcos de barro de todo el bosque, el Sr. Tejón, tenía unas garras fuertes con las que excavaba a gran velocidad y en un abrir y cerrar de ojos estuvo el charco excavado, pero ohhhhhh algo se les había pasado en su estupendo plan, no tenían agua y sin agua no hay barro.

¡¡¡Que problema!!! tenían un gran agujero en el jardín de la señora Osa, pero ni una gota de barro.

-Esto es terrible Monito, decía Niña Gigante, un agujero no es divertido y encima es peligroso, un osito podría caerse dentro y hacerse daño, qué vamos a hacer Monito, piensa algo rápido.

Monito corrió a sentarse en su ramita de pensar y allí se quedó horas y horas ¡¡¡pensando y pensando!!!
De pronto sus ojillos se iluminaron, de nuevo, sus patitas se estiraron, de nuevo, y sus orejas se pusieron bien levantadas, de nuevo, había tenido otra idea genial.

Hablaría con sus amigas las Hadas de la Naturaleza ¡¡el Hada de los ríos hace brotar agua en cualquier parte del bosque!! ella nos ayudará...

Fueron corriendo a buscarla y le explicaron su problema, Hada de los ríos los tranquilizó:

-No os preocupeis iré ahora mismo hasta la guarida de Osa y llenaré de agua vuestro charco.

El Hada de los ríos movió su barita mágica y enseguida apareció su libélula voladora para llevarla hasta la cueva de los oseznos.

Por fin llegó el sábado, Monito y Niña Gigante se pusieron muy elegantes para la fiesta, por el camino recogieron moras silvestres para regalar a señora Osa y cuando apenas faltaban unos metros para llegar a la cueva, comenzaron a oír risas y chapoteos, abrieron mucho los ojos y los oídos y una gran sonrisa iluminó sus caras, eran los oseznos disfrutando de su precioso charco de barro, estaban felices revolcándose, riendo y jugando con el barro.

Monito y Niña Gigante  rieron felices, habían preparado un regalo genial, ahora solo faltaba probar el enorme charco de barro.

-Correeeeee Monito, dame la mano y nos tiramos en plancha.......... CHOFFFFFFFFFFFFFFF