viernes, 31 de mayo de 2013

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- Correeeee Monito, correeeeeeeeeee, ¡ que se nos escapa el tren !, gritaba Niña gigante mientras se subia a la escalerilla.

Monito se balanceó en una rama con un solo brazo, corrió por  el troco y se lanzó sin miedo a los brazos de Niña gigante

- ja ja ja ja, estas loco Monito, que alegría me da verte, por fin nos vamos de excursión.

Llevaban semanas planeando el viaje, querían salir de la selva y conocer las grandes praderas de hierba alta, donde vivían los  duendes de sombrero picudo.

Tenían una maleta preparada para el viaje, en ella iban sus cepillos de dientes, el camisón de Niña gigante, hojas de platanero para dormir Monito, también llevaban bocadillos, plátanos y frutas ricas.
Pero el viaje era muy muy largo, y les dió tiempo a jugar al pilla-pilla, a las adivinanzas, al palo o serpiente, a mejor-peor, al escondite y también durmieron una gran siesta. Cuando se despertaron corrieron a la ventanilla

-OHHHH, mira Monito !!!!  es el pais de la hierba alta, miraaaaaaaaaaa colinas y mas colinas de hierba verde como las ranas, verde como la menta, verde como ...............como..............como...........
-Como las acelgas que tanto odias, jajajajajaja, rió Monito !!

Se bajaron del tren, corrieron y rodaron por la hierba, reian y saltaban, Monito hacia volteretas y Niña gigante se tumbo mirando al cielo agitando brazos y piernas, de repente oyeron un grito:

-AY, AY, AY  me estas aplastando !!
Niña gigante se puso en pie de un salto, nerviosa y preocupada, miro al suelo y vio a un pequeño duende de sombrero picudo, con el ceño fruncido y el sombreo aplastado.

-Perdón, perdón, no te he visto entre la hierba alta. Dijo Niña gigante.

-Ya claro, gruño el duende, como si no supieras que en la hierba alta vivimos nosotros, los duendes de sombrero picudo, no te perdono !!, refunfuñó el duende.

Monito, que lo había visto todo, decidió acercarse a calmar al duende.

-Hola  amigo, dijo en tono jovial, ¿sabes que en esa maleta tenemos, frutas, golosinas y un rico, rico, rico tarro de miel?

El duende, al oír la palabra MIEL se quedo estupefacto, sus ojos se iluminaron y el cascabel de la punta de su sombrero picudo comendo a sonar y dar vueltas como loco.

De repente Monito y Niña gigante se vieron rodeados de duendes de sombrero picudo, saltando entre la hierba alta, y todos repetian como hipnotizados: -miel, miel, miel, miel.......

Monito y su Niña gigante vuelven a la selva dejando nuevos amigos, aunque siempre alguno refunfuñe y farfulle

Monito de un salto se sento encima de la maleta, quería proteger su preciada miel de aquel montón de duendes enloquecidos.

-Tranquilo Monito, le dijo Niña gigante con una sonrisa, tenemos mucha miel y estoy segura de que podemos compartirla con los duendes, jajajajajaja, creo que les gusta la miel tanto como a ti, jajajajaja,  rió Niña gigante.

- Compartir, ¡qué es compartir!, ¿PARA QUE SIRVE COMPARTIR?, preguntó Monito clavando sus grandes ojos marrones en los de Niña gigante.

-Compartir, querido Monito, vale para hacer amigos, es la mejor manera de ofrecer tu amistad, verás, te lo voy a demostrar.

Dicho esto Niña gigante repartió la miel entre los duendes, también le dió su parte a Monito, todos se rechupetearon los dedos y empezaron a reir y divertirse.

Pasaron la tarde jugando todos juntos, escondiendose entre la hierba alta, saltando de colina en colina y rodando por los prados.

Cuando llegó el tren que los llevaría de vuelta a la selva, todos sintieron pena por tener que separase, hasta que el duende de sombrero picudo aplastado, se subió a la maleta y gritó :

- Hemos pasado una tarde fantástica con nuestros amigos Monito y Niña gigante, dentro de unos días subiremos todos los duendes de sombrero picudo el tren e iremos a visitaros a la selva, decía el duende abriendo mucho las brazos como si de una obra de teatro se tratara.

-Pero no olvideis rellenar el bote de miel !!! jajajajajajaja................. rieron todos, mientras Monito y Niña gigante agitaban las manos desde la ventanilla del tren

- ¡¡ ADIOS AMIGOS !!



lunes, 20 de mayo de 2013

Una mentira siempre te lleva a otra mentira más gorda.

Monito nunca llega tarde a su cita con Niña gigante.

Aquella noche ya la estaba esperando, sentado en una piedra y jugando con una hormiga pequeña pequeña, cuando la vio aparecer con algo extraño en la cabeza. Parecía un sombrero, sí, sí, era un sombrero de copa alta, era un sombrero de mago, un sombrero de mago que hace magia y saca conejos de dentro, y flores de colores y conejos blancos de ojos alegres.

-¿Que estará tramando?- se preguntó.

También traía un palito en la mano, un palito de madera negra, fino y largo, un palito casi casi recto, menos por los lados por los que estaba torcido, y decia palabras difíciles en voz alta.

Monito, se escondió y la observó sin decir nada.

Niña gigante parecia divertirse, tocando los objetos con su varita mágica, y haciendo reverencias al público. De pronto dijo en voz alta:

- ARAPARUM, RAPATULITO!!!! que aparezca Monito.

Monito dió un salto y se puso delante de la niña, con los brazos en alto como un trapecista.

Niña gigante no podía creerlo, su cara se quedó congelada en una mueca de estupor, sorprendida y con los ojos muy abiertos muy abiertos, que parecía que se le iban a salir, aunque como sabemos todos, los ojos no se pueden salir porque están agarrados fuerte fuerte desde dentro con unos cables, bien sujetos, sí señor ¡su magia funcionaba! ¡hizo aparecer a Monito!

-¿Lo has visto Monito? te acabo de hacer aparecer, he dicho mis palabras mágicas, y movido mi varita mágica y de repente apareciste a mi lado, soy la mejor maga del mundo. Rió entusiasmada.

-Sí, niña gigante, ha sido increible, yo estaba en el río jugando con una hormiga pequeña pequeña, sentado en una piedra y de repente estoy aquí. Vaya susto se debió de pegar la hormiga -contestó divertido Monito.

Monito, que es muy juguetón, quiso gastarle una broma a su amiga. Se le ocurrió que entre los dos podían hacer magia de verdad, magia de la que hacen los magos de sombrero de copa y varita mágica, magia de color y de aplausos, y así se lo dijo a niña gigante:

-Niña gigante, niña gigante -exclamó feliz- he pensado, que ya que tienes tantos poderes mágicos, podías hacer una actuación para nuestros amigos del bosque.

Niña gigante lo miró entusiasmada con la idea, quería hacer un gran espectáculo, uno que los amigos del bosque, los pájaros, las hormigas y las ardillas, no olvidarán jamás. Niña gigante recordaba que hacía un tiempo había visto en televisión a un mago meter a su ayudante en una caja, después con unas espadas, había atravesado la caja, pero claro como era un mago y de los buenos, un mago de sombrero de copa y capa, el ayudante ya no estaba en la caja, y con una explosión apareció detrás del público metido en una jaula. Tal cual lo recordó, se lo fue contando a Monito, que a su vez se fue quedando cada vez mas serio y mas blanquito...

-Creo que me estoy mareando -dijo Monito- ¿cómo que una caja con espadas, Niña gigante? ¿de espadas de verdad?

Monito, no quería defraudar a su amiga, pero tampoco quería meterse en la caja, y mucho menos, quería que Niña gigante clavase espadas en la caja y lo ensartase como a una banderilla de aceitunas y gambas, en menudo lío se había metido.

Niña gigante mientras, seguía emocionada con la actuación y ensayaba nuevos trucos, porque estaba maravillada ante el descubrimiento de sus nuevos poderes de maga, y quería hacer el mejor espectáculo del bosque.

-ARAPARUM, RAPATUANA !!! que aparezca una rana.

Monito oyó esas palabras y corrió al río a buscar a su amiga la rana, así que la cogió con suavidad de la charca, y guiñándole un ojo, se acercó detrás de Niña gigante sin hacer ruido y puso la rana a su lado, de manera que Niña gigante, por supuesto, pensó que la había hecho aparecer de la nada. 

Niña gigante ensayaba trucos y más trucos, y Monito estaba cansadísimo de correr hacia atrás y hacia adelante, trayendo y llevando todo lo que se le ocurría hacer aparecer y desaparecer a su amiga, lo que le supuso un serio problema cuando quiso que apareciera de la nada un elefante bien grande. Monito tuvo que inventarse una pequeña mentira para contarle, le dijo que tal vez era aún muy joven para traer elefantes de la nada, y por supuesto, Niña gigante que siempre creía a su amiguito, asintió convencida de que tenía que ser así, porque Monito lo decía.

En una de estas, y viendo que niña gigante estaba distraída con otras cosas como saltar y bailar, Monito fue corriendo corriendo donde su amiga la rana, buscando desesperado su ayuda, porque sabía que tarde o temprano, Niña gigante querría probar el truco de la caja y las espadas:

-Tienes que ayudarme ranita, Niña gigante quiere meterme en una caja y cruzarla de espadas y es por mi culpa, la engañé, le quise gastar una broma, le dije que haríamos un gran espectáculo de magia para nuestros amigos del bosque y le hice creer que es una gran maga. Ahora piensa que lo es, y quiere meterme en una caja y, y... 

Monito cada vez más mareado y blanquito,  siguió diciendo a la rana: -Ayúdame por favor, tienes que ir a verla y decirle que tu eres Monito, que te ha convertido en rana y que la magia es muy peligrosa y no se puede jugar con ella -Monito estaba preocupadísimo y cada vez estaba liando mas las cosas- Este es mi plan, le diré a Niña gigante que repita el truco de la rana, que me gustó mucho, y le haremos creer que en un descuido, me ha convertido en rana, sí, sí, sí, eso haremos ¿qué te parece ranita, qué te parece, me ayudarás, sí, me ayudarás?

La rana, que aparte de ser de color verde, era muy sabia le dijo: 

-Croak, croak, haré lo que me pides Monito, pero quiero que sepas una cosa: nunca, nunca, nunca, nunca se arregla una mentira contando otra más gorda, y ¿sabes por qué?

-No - contestó Monito.

-Porque al final una vez que empiezas a mentir, nunca sabes cuando parar, y las mentiras, cada vez se van haciendo más grandes, y una vez que dices la primera mentira, las demás vienen seguidas, y al final de todas las mentiras, se hace daño a los amigos buenos.

Dicho esto, la rana se dispuso a poner en marcha el plan de Monito, y Monito salió corriendo donde estaba Niña gigante. Agitando los bracitos y llamando su atención le dijo alegre y casi cantando:

Niña gigante se dispone a volver a hacer el truco de la rana.

-Niña gigante, Niña gigante!!! he pensado que quiero que me repitas el truco de la rana, porque me ha parecido increíble, cómo apareció de la nada de detrás de ti, dando saltos entre la hierba y croando como croan las ranas -mientras, la rana esperaba escondida detrás de Niña gigante.

Niña gigante, que quería asombrar a su amigo, se puso muy seria muy seria, y se colocó el sombrero de copa bien tieso sobre la cabeza, agitó la varita mágica, y bien alto y los ojos cerrados dijo:

-ARAPARUM, RAPATUANA !!! que aparezca una rana.

En ese preciso instante, la ranita salió con un gran salto de detrás de la niña, apareciendo delante de sus ojos, y al mismo momento, Monito saltó alto muy alto hasta cogerse a la más alta de las ramas del árbol que tenía más cerca, y se escondió.

-Croak!!! -dijo la rana- croak croak!!! - repitió la rana.

Niña gigante estaba encantada porque su truco había funcionado y llamó: -Monito, Monito, ¿lo viste? ¿lo has visto? ¿eh? ¿lo viste? -pero no veía a Monito por ninguna parte, ni a la izquierda, ni a la derecha, parecía que hubiera desaparecido.

-Croak!!! -dijo la rana- croak soy yo, Monito!!! - repitió la rana -croak, Monito, Monito, crrroak, crrreo que algo ha salido al revés, porque de repente, crrrroak, me siento como una rana, y crrrroak, todo es muy grande, eres una Niña enoooooorrrrrrme, crrrroak.

Niña gigante no salia de su asombro ¿de verdad era Monito convertido en rana? ¿qué había podido pasar? ¿cómo había podido suceder? estaba segura de haber dicho las palabras correctas, justo como lo había hecho antes ¿podría ella deshacer el hechizo?. Niña gigante se echó entonces a llorar, porque no encontraba una solución, y Monito iba a ser siempre una rana ahora y tendría que llamarle Ranito. Realmente la magia era peligrosa cuando no se sabía usar, la diversión se había acabado y se prometió entre mocos y suspiros y sollozos, que nunca nunca nunca más utilizaría la magia, nunca más.

Monito, desde la copa del árbol, estaba triste por haberle mentido a su amiga, y por haberle hecho llorar de aquella manera, porque el sabía que la magia no era mala, ni los trucos, pero que las mentiras, como había dicho su amiga la rana, eran malas, muy malas; a medida que veía las lágrimas de Niña gigante, Monito también se echó a llorar como un Magdaleno.

Monito no aguantó más y saltó del árbol donde se había escondido y abrazó a Niña gigante, que no salía de su asombro por ver otra vez a Monito con ella. Este, le contó todo lo que había pasado, la broma, las mentiras, el truco de su amiga la ranita, el miedo que había pasado por el truco de la caja y las espadas, y lo arrepentido arrepentido que estaba por haber mentido a su amiga.

-No llores más Niña gigante - acertó a balbucear Monito- ha sido mi culpa, ha sido todo todo mi culpa, sólo quería gastarte una broma y no sé qué pasó... Te mentí porque estaba asustado, y la broma y las mentiras se hicieron más y más grandes, como una bola grande de nieve, y una mentira me ha llevado a otra más gorda, y a otra, hasta que al final, mira, he conseguido hacerte llorar y hemos acabado los dos llorando, rana me lo advirtió y no le hice caso.

-Tranquilo Monito -dijo Niña gigante- tranquilo, ya sé que no fue con mala intención, muchas veces hacemos cosas asustados, y sin pensar, no te preocupes -dijo haciéndole cosquillas detrás de la oreja.

Se abrazaron muy fuerte muy fuerte y decidieron no mentirse nunca más, pero nunca, nunca, nunca más.

A lo lejos se oyó una risa y un fuerte croooooak.



lunes, 13 de mayo de 2013

Quiero ser como tú

- ¡¡Monito, Monitooooooooo, ya llegué!!

- ¡¡Ven corre, he tenido una idea genial, más genial que el día que decidimos amaestrar lombrices para hacer un tunel que nos llevase al centro de la Tierra!!

Monito llegó corriendo sofocado y encantado de reunirse con su amiga, era un monito muy listo y conocía muy bien la selva, era hábil con las manos e ingenioso, por eso, era fundamental su ayuda en todas las locuras que a niña gigante se le ocurrían. Ninguna aventura podía ocurrir sin Monito.

-¡¡He pensado Monito, que me voy a convertir en una monita como tu, así me quedaré en la selva y estaremos siempre juntos!! dijo niña gigante con tanta ilusión y entusiasmo que Monito no tuvo más que decir.

-Has de enseñarme a saltar de árbol en árbol, a comer plátanos, beber en los arroyos y dormir colgada de una rama...

Enseguida empezo a saltar y brincar intentando alcanzar una liana larga que colgaba de un árbol que dormía cerca, porque todos sabemos que los árboles están dormidos la mayor parte del tiempo, menos cuando los mayores duermen.

Monito se moría de la risa, niña gigante era patilarga y demasiado torpe para imitarlo, claro.

Sin saber como la vio encaramada en una rama, pero ohhhhhhh no: -niña gigante ten cuidado esa ramita es muy delgadita y ¡¡¡¡¡¡¡¡ohhhhhhhhhhhh no!!!!!!!! se ha roto y niña gigante está en el suelo, rodando, con el pelo revuelto y el vestido sucio.

Monito corre a socorrerla entre asustado y divertido, pero cuando llega a su lado ve que está llorando.

Monito le dice a niña gigante que son un equipo genial
- Pero niña gigante no llores, ¿te has hecho daño?

- No, NO ME HE HECHO DAÑO, gritó entre sollozos, estaba muy enfadada. Nunca seré una monita, no me funcionan las piernas como a ti, no tengo una cola como la tuya para trepar a los arboles y además sniff, ¡¡¡odio los plátanos!!!

Monito, con buen juicio la consoló, se subió a su brazo y secando las lágrimas de niña gigante, le dijo:

-Tu y yo somos especiales, niña gigante, comooooo, a ver, comooooo los cocoteros y los cocos, nonononono, comooooo las flores y las abejas, nos necesitamos juntos pero cada uno es cada uno, las flores necesitan a las abejas para crecer en otros sitios y las abejas necesitan las flores para hacer miel y casas donde vivir, como un equipo, siempre estaremos juntos en nuestros sueños, yo no quiero que seas como yo, te quiero tal como eres, mi niña gigante, que cada noche viene conmigo a correr mil o dos mil aventuras.

Niña gigante dejó de llorar, abrazó fuerte a Monito y dándole un beso enorme le confesó:

- La verdad Monito, es que prefiero ser una niña, me gustan los vestidos de colores, las flores en Primavera y los pasteles de un millón de sabores. Me gusta ponerme mis botas de lluvia y saltar en los charcos, llenar la bañera de espuma y hacer pompas de jabón, me gusta acostarme en mi camita de soñar y venir a jugar contigo. 

- Creo que tienes razón, creo que seguiré siendo una niña, tu niña gigante. Pero aunque no vaya a ser una Monita, quiero aprender a trepar los árboles y saltar de rama en rama colgada de lianas, y dormir boca abajo, de una rama, quiero aprender todo, todo todo.

- Por supuesto niña gigante, te enseñaré a todo todo todo, a saltar de rama en rama, a brincar como las ranas, a correr agitando los brazos cuando venga el auténtico Caragato, todo todo.

Sonriendo fueron saltando y cantando, a buscar un arroyo bajo algún árbol alto, para beber agua fresca y cantar todavía mucho más fuerte.

sábado, 11 de mayo de 2013

No quiero seguir soñando

Monito y su niña gigante se encuentran de noche, cuando todo el mundo duerme, en sus sueños, para compartir aventuras y reirse un montón. Esa noche, niña gigante esperaba a monito cerca de un riachuelo, con los pies en el agua y chapoteando, así que cuando monito apareció en lo alto de la rama de un árbol, niña gigante, que lo vió llegar con el rabillo del ojo, le salpicó con agua fria del río.

Monito que es un friolero, pegó un grito de susto y saltó a la hierba tiritando, mientras goterones de agua le resbalaban por el pecho.

- Niña gigante!! me has mojado!!! -exclamó monito entre risas- me has asustado!! y mírame, además estoy mojado de arriba a abajo.
- Anda monito, no te quejes tanto -contestó niña gigante mirando divertida- además te hacía falta un buen remojón porque hoy llegas un poco tarde y estuve esperando buffffffff, un montón de tiempo.
- Nooooo, no llegué tarde, te lo estás inventando, hahahahaha -respondió monito, contagiando la risa a su niña gigante.
- Anda ven aquí monito, te voy a contar una decisión que he hecho hoy -se puso seria- Hoy he decidido, que no voy a soñar más, monito.
- ¿Cómo? -se entristeció monito con los ojos llorosos- ¿cómo que no vas a soñar más? pero si son los sueños donde nos vemos cada noche y jugamos, no puede ser, me estás gastando una broma.

La niña gigante seguía seria, muy seria y dijo:

- No, no, monito, no es broma. No voy a soñar más, porque ¿sabes qué pasa? que hoy me han dicho en casa que los sueños sólo sirven para ilusionarse, y que las ilusiones sólo sirven para entristecerse porque no se hacen realidad, eso me han dicho, y yo no quiero entristecerme, monito.

Monito se quedó pensativo, con los ojos aún llorosos y tristes, pensó y pensó y pensó mucho, hasta que pudo contestar a su niña gigante:

- Mira niña gigante -respondió con voz grave y entre suspiros- yo no sé si los sueños sirven para ilusionarse, yo no sé si las ilusiones sirven para entristecerse porque no se hacen realidad, pero te voy a decir lo que sé.
Monito le cuenta lo que para él son los sueños

Y esto es lo que le contó:

- Los sueños son viajes al espacio, y son carreras de sapos y paseos por pueblos donde vive el auténtico Caragato, los sueños vienen cada noche y me llevan contigo de aventuras por la selva, por el bosque, me llevan a volar por el cielo y bucear debajo del mar, los sueños que sueño, me llevan contigo, subido a tu brazo y a tus hombros, para contarte chistes al oído sin hacer demasiado ruido, para hacerte cosquillas en las rodillas, y reir y cantar y bailar de fiesta en fiesta. Los sueños que sueño son de verdad y no ilusiones, porque cuando me duermo, todas las aventuras pasan contigo, y niña gigante -siguió diciendo- yo no quiero perder mis sueños de aventuras con mi mejor mejor de las mejores la mejor amiga que tengo, porque eso sí me entristecería, y ya no tendría ganas de dormir más. 

Niña gigante escuchaba muy atenta, con los ojos bien abiertos, porque nunca había visto a monito con esa cara seria, con el ceño fruncido y pensando tanto, tanto, que hasta le salía humo de las orejas.

- Para mi, niña gigante, los sueños son tan verdad como cuando me despierto, por eso no me puedo entristecer, porque no me hago ilusiones, las aventuras en cada sueño, son aventuras de verdad, los sueños son, son, son, son... nubes de colores y caballos con alas, y flores con olor a caramelo, y arcoiris para comer.

Niña gigante esperó a que monito terminara, y sin saber muy bien qué contestar, y con una sonrisa bien grande en la cara, le miró y le cogió la manita, y le volvió a mirar y le dijo: - anda sube a mi brazo, vámonos a buscar un arcoiris para comer, y con un pedazo nos sentamos en unas nubes de colores a mirar las estrellas, porque ¿sabes qué te digo, monito? que los mayores muchas veces se complican la vida.

Y juntos se fueron saltando y cantando, riendo y soñando.

miércoles, 8 de mayo de 2013

La NO Fiesta

Niña gigante tiene un carácter alegre, no le cuesta sonreír e ilusionarse con una cometa, pero aquel día había sido muy largo. Y cuando Monito llegó haciendo cabriolas de rama en rama se encontró una cara triste y alargada.

- ¿¿Qué te pasa niña gigante?? 
Un suspiro profundo retumbo como en un túnel - ainssssssss, estoy tannnnnn aburrida !!! 

Monito no salía de su asombro, nunca la había visto así, primero se preocupó mucho y su cara se puso triste y larga. Pero enseguida sus ojos brillaron y con una sonrisa de medio lado le dijo a niña gigante: 

- Que pena!!! Precisamente hoy!!! Hoy que había organizado una merienda, con amigos, globos y regalos. Había pensado en organizar una carrera de sapos y también un concurso de magia y hacer una tarta gigante con forma de plátano!!! 

Monito le cuenta a su niña gigante la fiesta que tenía preparada
Niña gigante abrió sus ojos color caramelo, su imaginación ya corría como loca por la fiesta, con un sombrero de mago y el vestido lleno de tarta, con globos de colores y sapos saltando...... 
Miró a Monito para que la acompañara en su aventura, pero lo encontró muy serio, negando con la cabeza y con voz firme le dijo: 

- Que pena, porque al estar tannnnn aburrida, hoy será el día de la "NO FIESTA", nos quedaremos aquí sentados y aburridos, con caras tristes y largas...... 

Niña gigante y Monito se miraron divertidos, no había una fiesta, pero estaban juntos y cualquier juego sería mejor que celebrar el día de la "NO FIESTA".

jueves, 2 de mayo de 2013

El auténtico caragato


Monito vivía en la selva, niña gigante en una casa en la ciudad, vivian separados durante el día y por las noches mientras todos dormian su corazón compartido los unía en mil aventuras.
Niña gigante se acostó temprano, enseguida entró en un profundo sueño y Monito  llegó saltando de rama en rama, con su sonrisa enorme y su gran vitalidad.
Traía una noticia que contarle a su amiga:

- He oído que existe un pueblo muy muy muy bonito en medio de un camino secreto, un pueblo con casas hechas de barro y arcilla, con ventanas de muchos colores y olor a flores - dijo monito - ¿Qué te parece si vamos a visitarlo? Oí también, que alguien le dijo a otro alguien, que su primo lejano, pasó por allá y escuchó a escondidas una historia sobre alguien que vive allá.


Allí en aquel pueblo lejano vive un extraño ser, le llaman el Caragato, tiene unos ojos penetrantes y rasgados que producen escalofríos, tiene unos dientes blancos y puntiagudos que dan pavor y su voz es oscura y su risa fría como el hielo de la nevera.
Nadíe sabe donde vive y quien lo ha visto nunca mas ha podido dormir con la luz apagada.

Niña gigante abrio mucho sus ojos y exclamo:- ¡QUE MIEDO!

Monito la miró asombrado, no sabía lo que era el MIEDO, primero rió nervioso y enseguida suplicó:
-Cuéntamelo, cuéntamelo... dime lo que es el miedo

Niña gigante le explica a monito lo que es el miedo

Niña gigante le dijo, el miedo es lo peor, te paraliza, te hace gritar y llorar, es como una cucaracha con seis cabezas y mil patas. Monito escuachaba muy atento y poco a poco se enrollaba y apretaba al brazo de la niña gigante.

Niña gigante siguió explicandole, cada vez con la voz mas bajita y profunda, es como una pesadilla, cuando notas pasos por la noche y sabes que no hay nadie, cuando te da susto abrir los ojos y notas que una mano te agarra por la espalda.

Monito temblaba, tenia los ojos casi cerrados y se aferraba fuerte, niña gigante se dio cuenta que Monito ya lo había entendido, pero decidío darle un buen susto: - ¿qué es ese ruido ? ¿lo has oido Monito?, alguien viene.... ¿no lo oyes? noto su respiración..........siiiiiiiiiiiiiii, está ahi (gritó de repente) es el auténtico CARAGATOOOOOOO !!!!!!

Monito estaba muerto de miedo, ya no podia respirar, dió un salto acrobático y salió corriendo agitando sus bracitos sobre la cabeza.

JAJAJAJAJAJA niña gigante reía sin parar.